domingo, 19 de septiembre de 2010

RECHAZO A LAS EXPULSIONES DE GITANOS RUMANOS

El líder de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, ha manifestado este sábado que cuando se refirió ayer al polémico asunto de los gitanos en Francia sólo dio su "opinión" y ha incidido en que lo que dijo es que antepone "la democracia a la etnocracia y los principios y los valores a las encuestas".

"En Francia puede haber el aval de los ciudadanos, pero yo moralmente no lo puedo apoyar", ha manifestado Gómez en relación a las medidas del presidente francés para con los gitanos del país galo. Según el líder del Partido Socialista de Madrid (PSM), "en política, para conseguir vencer hay que convencer y para convencer hay que tener convicciones y anteponer los principios y valores".

"Lo que he dicho es que el único futuro de Europa es la unión política. Hay que apostar por dar crédito a la Comisión y que ésta tenga el prestigio y la autoridad suficiente para tomar decisiones. Está por encima de los estados. Lo que ha ocurrido en Francia no es que haya asentamientos legales o ilegales. Se está expulsando a gitanos, que es una etnia", ha añadido.

lunes, 13 de septiembre de 2010

EL ALZHEIMER DE ESPERANZA AGUIRRE

A Esperanza Aguirre le falla la memoria
Esperanza Aguirre declaró ayer acerca de los presupuestos generales del Estado: “Zapatero busca el apoyo del PNV sin ningún freno, para mantenerse”. Esta frase de la lideresa no fue, desde luego, una lisonja dirigida al presidente del Gobierno. Más bien, todo lo contrario. Ahora, Aguirre parece, sin embargo, más sosegada. Da la impresión de que se ha llegado a una especie de entente cordiale, entre ella y Mariano Rajoy, quien el otro día le entregó la Gaviota de Oro del PP de Móstoles. ¡Qué bonito! ¡Qué bonito! ¡Qué bonito!

Los tiempos de borrasca - cuando Aguirre trataba de convertirse en la candidata de su partido a la Presidencia de España- quedan ya muy lejos. “No nos resignamos”, proclamaba entonces. Pero en la actualidad, la presidenta está por fin “resignada”. Insólita repetición Le ocurre a menudo a Aguirre, y a no pocos dirigentes populares, que su problema principal en orden a la memoria no es la catalogada como histórica –que les enoja profundamente-, sino a la actual, de la que se olvidan cuando no les interesa.

El salto a la política de primera división la dio Aguirre al ser nombrada ministra de Educación, Cultura y Deportes en el primer Gobierno Aznar. Estuvo ahí de 1996 a 1999. Luego, fue designada presidenta del Senado de 1999 a 2002. En 2003, tamayazo, insólita repetición de elecciones y presidenta de la Comunidad de Madrid. Broche de oro ¿Pero cómo pudo, Aguirre, llegar a ministra en el Gobierno de José María Aznar?

Pues, para que la ahora lideresa fuera ministra, el líder por aquellas fechas de la derecha española necesitaba -para ser investido presidente del Ejecutivo- el apoyo decisivo de CiU, Coalición Canaria y, como broche de oro, aunque sin gaviota y a mucha distancia de Móstoles, el del PNV. ¿Alguien recuerda, en aquellos momentos de la amarga victoria y la dulce derrota –fueron semanas de incertidumbre y de recelo para Aznar-, a Aguirre diciendo lo siguiente: “Aznar busca el apoyo de CiU, CC y PNV sin ningún freno, para conquistar La Moncloa?” En ascuas No lo dijo. Aguirre, como todos los presuntos altos cargos del nuevo Gobierno, estaba en ascuas, pendiente de que los nacionalistas catalanes –que ya eran soberanistas o independentistas, aunque más o menos todavía en la penumbre- bendijeran la Presidencia de Aznar.

El Pacto del Majestic le costó lo que no está escrito a Aznar. O, para ser más exactos, a todos los contribuyentes. Parecía la fiesta de los Reyes Magos. Los peperos recordaban a los niños con zapatos nuevos. En Euskadi, Xabier Arzallus, no podía ocultar su alegría desbordante y elogiaba a Aznar, subrayando que nunca desde la Transición había obtenido el País Vasco tantos beneficios de toda índole. ¡Aznar aclamado en Euskadi! Cosas veredes. Esperemos, doña Espe, que no le falle más la memoria.

Enric Sopena es director de El Plural