lunes, 27 de abril de 2009

LAS TROPELÍAS DEL CAPITALISMO


El capitalismo de las tropelías, que condena Sarkozy, es el modelo del PP
(Enric Sopena)
Aznar difunde en voz alta sobre la crisis todo aquello que Rajoy piensa pero que no se atreve a decir sin tapujos


A ver si, en relación con la crisis económica internacional, Mariano Rajoy y su peculiar Santa Compaña –integrada por ánimas en pena como la de José María Aznar o Jaime Mayor Oreja, amén de muertos políticos como Francisco Camps y Luís Bárcenas- se enteran de una vez de qué va la vaina y dejan de decir estulticias constantes. ¿Es tan difícil asumir que están siendo las medidas de carácter socialista o socialdemócrata las que se han impuesto en la mayoría de los Gobiernos, incluso muchos de ellos no precisamente de izquierdas? ¿Conocen los genoveses el cambio de conservadores a socialistas y verdes que acaba de producirse en Islandia? ¿Es tan difícil comprender que la situación actual apenas tiene precedentes y que si los tiene nos conducen a la pavorosa Gran Depresión iniciada en 1929?

“La crisis que atravesamos no se parece a ninguna otra. Nadie, ni siquiera los mejores economistas, la anticipó, por lo menos no en cuanto a la duración o la profundidad. Y nadie puede decir hoy con certeza lo que va a pasar ni cuanto va a durar”. Este párrafo, tan revelador –y por otra parte tan obvio- no pertenece a un discurso de José Luís Rodríguez Zapatero. Es una reflexión de Nicolás Sarkozy, el presidente de la República francesa, publicada ayer en El País. Sarkozy -quien rechaza el calificativo de conservador- describe un panorama escasamente favorable al modelo económico neoliberal vigente en las últimas décadas. El capitalismo extraviado
“El capitalismo –sentencia el presidente galo- se extravió al primar al especulador sobre el emprendedor, al corto plazo sobre el largo, a la economía ficticia sobre la economía real. Ese capitalismo presionó para correr riesgos cada vez más inmoderados (…), dejó que algunos especulasen en lugar de invertir; ese sistema aceptó que las agencias de calificación crediticia comerciasen con confianza en productos tóxicos; toleró que los fondos de cobertura (…) eludiesen todos los controles, cuando el banco regional más pequeño en Francia o en España está sometido a ellos; un sistema, en una palabra, que dejó que se multiplicasen los paraísos fiscales”.

¿Salvador de la economía? ¿En las circunstancias actuales, después de haber tolerado e incluso impulsado todo género de tropelías, puede el Antiguo Régimen del capitalismo radical erigirse en el salvador de la economía? Eso no se le ocurre ni al que asa la manteca ni al que ata los perros con longanizas. Pero sí se le ocurre a José María Aznar López y a sus corifeos, entre los cuales navega –como siempre sin brújula y, por consiguiente, errático- Rajoy, a la espera como casi siempre de sacar tajada de las desgracias. Sin éxito Lo intentó en la anterior legislatura - afortunadamente sin éxito-, agitando las bajas pasiones de la derechona en base a explotar pro domo sua el dolor de las víctimas de ETA y tratando de manipular la autoría del 11-M para deslegitimar el triunfo en las urnas de Zapatero. Ahora hace lo propio con los cuatro millones de parados. La capacidad popular para ejercer de ave carroñera carece, al parecer, de límites.

Un favor al PSOE
Resulta provocador, como mínimo, que Aznar –exhibiendo un libro de pitiminí- se postule públicamente como el presidente que hubiera evitado la crisis mediante la aplicación de recetas vetustas, entre las que sobresale la obsesión por abaratar al máximo los despidos y eludir la debida protección a los sectores más débiles de la sociedad. ¿Provocador? Más bien cabría decir que resulta ridículo. Aznar, en todo caso, le está haciendo un favor al PSOE. Difunde en voz alta aquello que el pusilánime Rajoy también piensa, pero que no se atreve a declarar sin tapujos ante la opinión pública. No lo olvidemos. Aznar y Rajoy son políticamente una misma cosa. Representan a la derecha española de toda la vida.
Enric Sopena es director de El Plural -->

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