domingo, 11 de abril de 2010

PP: CORRUPCIÓN GENERALIZADA



El caso Gürtel no son hilillos de plastilina y Correa y el Bigotes sí fueron invitados a la boda imperial

“El caso Gürtel no son hilillos de plastilina; es una marea negra de corrupción que salpica a todo el Partido Popular.” Esta divertida descripción -con los hilillos marianistas de por medio- de lo que está pasando fue difundida ayer por José Blanco, número 2 del PSOE y ministro de Fomento, y desde luego no es ningún brindis al sol de la demagogia. La realidad es terca y termina imponiéndose a la mentira o a la tergiversación torticera. La realidad no se puede eludir encogiéndose de hombros y diciendo cuatro bobadas para salir del paso, como hace siempre Mariano Rajoy. Ni tampoco eludiendo lo que, por lo demás, es nítidamente obvio.

La cúpula popular ha ratificado las bravuconadas infames de Francisco Álvarez Cascos. Lo subrayábamos ayer en El Plural. Sosteníamos que Álvarez Cascos, que fue secretario general del PP y vicepresidente del Gobierno Aznar, y María Dolores Cospedal, que es ahora la secretaria general con Mariano Rajoy, coincidían básicamente en lo mismo. O sea, que ambos utilizan calumnias, injurias o insidias similares para defender a su partido ante la oleada de corrupción que se les ha venido encima. Y para ello –como para casi todo- emplean el recurso malvado del “todo vale”.

Un invento
En el verano pasado –como ha recordado oportunamente el director de Público, Jesús Maraña-, Álvarez Cascos declaraba al semanario ultramontano Época lo siguiente: El caso Gürtel es un invento de “los mismos que en su día diseñaron el GAL, determinados policías, fiscales y algún juez con el objetivo de aniquilar al PP”. Idéntico soniquete, al fin y a la postre, al utilizado por la mayoría de dirigentes populares, nada más conocerse el estallido del escándalo.

Problema objetivo y peligroso
Adviértase que fue a principios de agosto –en el verano de 2009-, cuando la mencionada Cospedal también emborronó las tareas de las fuerzas de Seguridad del Estado, acusándolas de utilizar escuchas ilegales para así debilitar de forma contundente al principal partido de la oposición. ¿Le preocuparían a Cospedal tales escuchas –aun suponiendo que en efecto fueran ilegales- si su contenido fuera políticamente y económicamente inocuo, inodoro e insípido? ¿Si Bárcenas no tuviera, en verdad, nada que esconder, y pudiera acreditar su inocencia ante la opinión pública, alguien cree que se habría convertido en un problema objetivo y peligroso para Rajoy y sus amigos?

Episodios anteriores
Vayamos a episodios anteriores del affaire Correa. ¡Qué fácil lo hubiera tenido Francisco Camps de haber exhibido la factura impoluta y correcta de sus trajes -en lugar de marear de modo más que vergonzoso la perdiz- para acabar negando la evidencia! In extremis, Camps fue salvado por su “más que amigo”, Juan Luis de la Rúa, presidente en funciones del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. Pero nunca ha podido demostrar que él sí pagó los trajes y, además, es una verdad como un templo, que sus relaciones con Álvaro Pérez, el Bigotes eran muy estrechas.

Gloriosa conversación
Ahí está la grabación enterita de la gloriosa conversación navideña, publicada hace más de un año. ¿No resulta altamente sospechoso que el presidente de la Generalitat valenciana intimara con un cuatrero como Pérez y después dijera que jamás habían sido amigos? Leyendo sólo cuanto se sabe del magnífico pelotazo conseguido por Pérez y compañía -gracias a la visita del Papa a Valencia- ¿es posible seguir pensando, siquiera por un momento, que la Gürtel fue diseñada poco menos que en la Moncloa de José Luis Rodríguez Zapatero?

Ricardo Costa
¿Por qué en lugar de expedientar a Ricardo Costa por empeñarse a continuar de secretario general del PP valenciano, no se le practicó una severa investigación interna para que explicara qué quería decir cuando dijo que él cumplía estrictamente órdenes de Rajoy, por un lado, y de Camps, por el otro? ¿Qué órdenes recibía? ¿Tenían que ver, entre otras cosas, con avatares y negocios oscuros promovidos por el Bigotes?

Abrumadora instrucción
Es abrumadora la instrucción judicial llevada a término por el magistrado Pedreira, del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Como lo fue la correspondiente a Baltasar Garzón, y eso no se lo perdonan. No era cierto el slogan de José María Aznar, cuando proclamaba, en los años noventa, que el PP era incompatible con la corrupción. Hubo entonces numerosos casos de corrupción que afectaron al PP. Y, además, el caso Naseiro, el más importante de todos ellos, terminó felizmente para la derecha, no por su bondad, sino por la peculiar interpretación que hizo el Tribunal Supremo acogiéndose a lo que se denomina “argucias de procedimiento”.

Y la medalla
Y menos es cierto el slogan de Aznar a día de hoy. Por cierto, sería muy interesante que explicara Aznar a los ciudadanos las razones por las cuales fueron invitados a la boda de su hija -celebrada por todo lo alto en El Escorial- Francisco Correa y señora y Álvaro Pérez y señora. También sería conveniente que el ex presidente confirmara o no que la organización de tan relevante boda, entre imperial y de Estado, corrió a cargo de uno de los dos presuntos corruptos y que el enlace le salió o no gratis a la familia presidencial. Y otro día que nos hable de la medalla de los Estados Unidos de George W. Bush.

Enric Sopena es director de El Plural

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